Junto con la familia creamos un perfil de la cuidadora deseada y procedemos evaluar dentro del staff de nuestro equipo.
Son presentadas a la familia las cuidadoras que han aprobado satisfactoriamente los diversos filtros de selección. Una vez conocida la propuesta la familia elige la cuidadora acorde a sus necesidades comunicadas anteriormente.
A su vez realizamos seguimiento de la persona elegida durante los tres primeros meses que transcurren en la garantía, para verificar haber realizado una buena búsqueda y selección.
Una buena acompañante o canguro se encarga de cuidar y proteger a los niños mientras los padres se encuentran fuera del hogar, por lo tanto, es importante que esta cuente con una formación adecuada en cuanto al cuidado que requiere cada edad en particular
Entre las cualidades que no le deben faltar podemos mencionar la paciencia y el manejo del temperamento. La niñera está en contacto continuo con los niños por eso es importante que sea tolerante y se mantenga serena ante cualquier contratiempo.
En una actualidad, en la que madres y abuelas trabajan, la niñera toma un rol fundamental. Entendemos que se trata de encontrar una persona que pueda respetar el estilo de crianza y desarrollar un lazo afectivo de acuerdo a tu rutina diaria, ya que no se tratará únicamente de una relación laboral.
Una de las cualidades que suele ser difícil de encontrar en una niñera refiere al hecho de que sea una persona cariñosa pero firme a la vez.
Los niños se merecen un trato cariñoso y agradable pero también necesitan límites y correcciones.
Contamos con un staff compuesto por mujeres con experiencia previa y referencias comprobables.
Están preparadas para colaborar con la crianza, pueden resolver situaciones cotidianas y también extraordinarias.
También es fundamental que la niñera tenga conocimientos sobre primeros auxilios, a fin de actuar de manera apropiada ante ciertas urgencias, si el niño sufre algún golpe, si se atora o si tiene alguna reacción alérgica.
Debe ser una persona empática con los más pequeños, capaz de lograr una buena relación o un vínculo ameno con los niños que tiene a su cargo.
Disfrutan trabajando con chicos y en casas de familia.
En primer lugar, «cuidar» significa garantizar la seguridad del niño. O lo que es lo mismo, velar por su integridad física y psicológica. Para llevar a cabo esta tarea de manera efectiva, la niñera debe saber qué pueden hacer los niños a cada edad y qué no. Este factor es importante porque los riesgos para su seguridad dependerán de sus capacidades físicas y cognitivas.
Por ejemplo, una niñera que cuida a un bebé de cinco meses no tendrá que preocuparse porque pueda caerse bajando unas escaleras, ya que todavía no camina. Sin embargo, deberá prestar atención al riesgo de atragantamiento. Sin ir más Iejos, un niño de dos años, lleno de curiosidad por lo que le rodea, es perfectamente capaz de agarrar el mango de una sartén y producirse serias quemaduras.
Por lo tanto, la primera tarea de una cuidadora es evitar que el niño se haga daño. Pero no sólo debe prevenir los accidentes infantiles más frecuentes, las funciones de una niñera también incluyen una vigilancia exhaustiva. No debe perder de vista al menor en lugares públicos como parques o centros comerciales. Debe ser prudente en el día a día, no abriendo, por ejemplo, la puerta de casa a desconocidos.
Entre las funciones de una niñera se encuentra también satisfacer las necesidades diarias del niño: alimentación, descanso e higiene.
Por lo tanto, ¿qué debe saber hacer una cuidadora? ¿Es imprescindible que sepa cocinar? En realidad, sólo es necesario que sepa preparar comidas sencillas apropiadas para la edad del niño, siguiendo siempre las indicaciones de los padres. Por eso, es fundamental que la familia sepa comunicarse con la niñera de forma clara y directa para establecer cuáles son sus prioridades en alimentación.
Si todavía no se han introducido los sólidos en el bebé, como mínimo la niñera debe saber preparar un biberón. En el caso de que el pequeño ya haya comenzado con las papillas, es necesario que sepa hacer un puré. Cuando se trata de niños más mayores, es suficiente con que sepa elaborar algunas recetas de cenas rápidas para niños.
Garantizar el descanso de los recién nacidos, así como conseguir que los niños más mayores se vayan a la cama. En el caso de niñeras de bebés recién nacidos, se debe prestar especial atención a detalles como retirar cualquier objeto de la cuna antes de acostar al bebé, incluso los juguetes blandos. Cómo prevenir el síndrome de muerte súbita es algo básico para cualquier niñera de recién nacidos profesional. Detalles como no acostar nunca al bebé boca abajo, pueden evitar más de un disgusto.
El cuidado personal del niño: bañar lo y cambiar el pañal. Tampoco hay que olvidar que debe implicarse en ayudar a los padres cuando el niño tenga la edad promedio para dejar el pañal. Por otro Iado, debe ayudar al niño a vestirse dependiendo de su edad. En el caso de los recién nacidos, debe saber cómo desenvolverse con sumo cuidado. Puede parecer trivial, pero los pequeños detalles son los que marcan la diferencia entre una niñera profesional y otra que no lo es.
Por supuesto, enseñar las reglas y educar en valores es tarea de la familia. Sin embargo, una de las funciones de una niñera es apoyar a los padres en su proyecto educativo. El niño debe percibir que existe una continuidad. Evidentemente, la familia debe comunicarse con la niñera para poder delegar. Depende de ella seguir las instrucciones de los progenitores y enseñar al niño el respeto por las reglas. Marcar límites y decir «no» en determinadas situaciones es esencial. Todo ello irá en favor de una mayor seguridad del menor.
Para las niñeras que cuidan de niños más mayores, pueden incluir ayudarles con los deberes. Siempre intentando que el niño mantenga su autonomía, le explicará algún concepto cuando no entienda algo. Por otro Iado, es importante que sepa cómo motivarle en el estudio. Finalmente, entre las funciones de una niñera, debe estar también el apoyo emocional y psicológico al nino. El pequeno debe sentirse protegido en todos los aspectos.
Una de las principales funciones de una niñera es jugar y divertirse con los más pequeños. No hay peor impresión para una madre que ver a su hijo en el sofá, con el iPad, y la niñera mirando el teléfono.
El juego es fundamental para el desarrollo cognitivo del niño, por eso es una tarea que debe desempeñar la niñera.
Una buena cuidadora sabrá organizar actividades para que los niños puedan divertirse, tanto en casa como al aire libre. Como sabemos lo importante que es este aspecto en el trabajo de una niñera, hemos dedicado toda una serie de artículos para ofrecer la mejor selección de juegos y actividades para ninos, distribuidos por edades:
Además de los juegos, la niñera puede leer cuentos de hadas a los niños, o cantar canciones infantiles. ¡A los pequeños les encanta!
Esta es una pregunta frecuente: ¿tareas del hogar sí o no? Limpiar, ordenar, lavar platos, ¿son funciones de una niñera? Las tareas domésticas de las que puede encargarse una cuidadora tienen que ser acordes al nivel de atención que requiera el niño del que cuida. Es decir, no es lo mismo cuidar a un niño de diez años que a un bebé de trece meses que está empezando a caminar.
Las niñeras se encuentran dentro del sector profesional de empleadas de hogar, pero no son asistentas. Pueden desarrollar tareas básicas como limpiar los platos, preparar la comida, ordenar la habitación del niño que cuida, poner su ropa a lavar, planchar la ropa del niño que está a su cuidado. Sin embargo, todas estas responsabilidades adicionales no deben nunca restar atención al cuidado del menor.
Esta es quizás una de las funciones de una niñera más importantes. Es la base para sa ber desarrol la r bien su tra bajo. Sólo una cuidadora infantil con suficiente experiencia, o que haya seguido cursos de capacitación para niñeras, podrá reconocer las necesidades de un niño e interpretar correctamente su comportamiento.
Conocer a los niños también significa saber qué puede o no debe hacer el pequeño según su edad. Saber qué le interesa, qué lo aburre o qué le frustra también ayudará a que la niñera realice su trabajo de forma más profesional.
Es necesario además que la cuidadora cuente con ciertas habilidades psicológicas, saber actuar con sabiduría ante:
La principal responsabilidad de una niñera es ser consciente, en cada momento, de su trabajo. Nunca debe olvidar que ha sido la familia quien le ha confiado el cuidado de su hijo. Por lo tanto, una cuidadora infantil debe conocer y respetar todas las reglas de la familia.
Existen requisitos esenciales para una niñera profesional responsable como son la puntualidad, la confiabilidad, la limpieza personal, la corrección en el lenguaje y en su comportamiento.
La niñera es el adulto de referencia del niño en ausencia de sus padres, por eso debe ser un modelo de conducta en el que el pequeño pueda sentirse reflejado. De ahí, la importancia de elegir a una niñera que cuente con los mismos valores educativos que los padres.
La cuidadora debe ser también responsable en el uso de redes sociales. No debe hacer fotos al niño, tampoco difundir sus imágenes a través de lnstagram o Facebook, a menos que cuente con la autorización de la familia.
Esta es otra de las principales tareas de una niñera, no sólo debe saber comunicarse con el niño sino también con sus padres. Es fundamental que la cuidadora tenga sensibilidad, empatía y sobre todo sea consciente de la importancia de informar a la familia sobre todo los relacionado con el niño.
Al final de su jornada de trabajo, deberá comunicar los aspectos importantes del día a día: qué ha comido el niño, a qué horas, si ha dormido, hablar de algún avance importante en su desarrollo. En definitiva, estar pendiente de todos los detalles para que los padres puedan confiar en la persona que está al cuidado de su hijo.
Para definir las funciones de una niñera, no es suficiente preguntarnos qué debe saber hacer, sino también qué tipo de persona es y cómo puede afectar al niño. Para cuidar de los más pequeños, se necesita contar con equilibrio psicológico y grandes dosis de paciencia. Las rabietas, los gritos, los caprichos son frecuentes. Hay que saber decir no, de manera firme pero cariñosa y respetuosa.
Hacer cumplir las reglas y dar un buen ejemplo es una de las tareas que debe desempeñar una cuidadora infantil.
Sólo una persona centrada y equilibrada es capaz de gestionar una posible situación de emergencia. Sabrá identificar el peligro y encontrar rápidamente una manera de proteger al niño.
Es importante que siga las instrucciones de los padres, pero debe ser autónoma a la hora de evaluar qué necesita el niño en cada momento. Establecer unos horarios, una rutina de juegos, la hora del paseo, o el tiempo en el parque al aire libre... Los padres deben irse a trabajar confiando en que la persona que está en casa cuidando de su hijo, sabrá desempeñar su labor.